Demuestra lo que vales

Acababa de lograr ingresar en la policía y aunque muchos dijeran que no valía para ello, él persiguió su instinto y sus ganas por demostrar que podía ser mucho más que el resto. Pasaron las semanas y nadie le daba ningún caso al que acudir puesto que en la comisaría aún no se fiaban de él. Corrían rumores, la mayoría de ellos malos pero a Matt esto no le importaba. Estaba acostumbrado a que desde pequeño hablasen a sus espaldas mientras de frente le alababan. 

“Es lo malo que tiene pertenecer a una familia rica” pensaba sin cesar para auto convencerse de que la culpa no era suya, siempre era de los demás y la verdad es que no le faltaba razón. Matt nunca había hecho nada malo o al menos no tan malo como para que le castigasen de esa forma, pero había aprendido a vivir así. Sufrió muchos golpes, más de lo normal. Aprendió que no podía confiar en nadie, o en casi nadie porque si le apurabas, tampoco podía fiarse de su propia familia.

Un poco antes de ser policía decidió independizarse y largarse de esa maldita mansión. Le tenía mucho aprecio a su hermana Mel aunque fuese un poco especial. Su mente no funcionaba como la de los demás y se distraía con facilidad pero cuando quería conseguir algo, más te valía no interponerte en su camino. A sus padres por el contrario nunca les tuvo aprecio. Siempre les dejaron a un lado tanto a él como a su hermana para irse con amigos a fiestas glamurosas y realizar viajes de lujo que muy pocas personas podían permitirse. A Matt y a Mel nunca les faltó de nada que pudiese pagarse con dinero, fueron a los mejores colegios e institutos, llevaban la ropa que querían y tenían a su disposición las últimas tecnologías y todos los regalos que quisieran. Ellos nunca echaron en falta el dinero, pero sí el cariño.

Por todo esto y por más, decidió ser policía. No podías ejercer de ello si de verdad no valías pero como todo se puede conseguir con dinero, Matt decidió ocultarles a sus padres que se estaba preparando para examinarse porque sabía a ciencia cierta que ellos pagarían porque él entrase. Le daba mucha rabia que la gente le juzgase sin conocerle, no se molestaban tan siquiera en preguntarle la nota que había sacado puesto que todos daban por hecho que había conseguido el puesto de una forma menos legítima.

Decidió que al día siguiente iba a hablar con su supervisor, puesto que quería sentirse útil. Estaba dispuesto a comentarle que no entró por ser quien era, sino porque de verdad lo merecía pero decidió que iba a ser inútil así que finalmente lo único que le pidió fue que le dieran algún caso. Al principio se mostró reticente con él, pero al final le dio un caso. Era algo simple aunque prefería que fuese así para poder resolverlo sin complicarse mucho. Le presentaron al que iba a ser su compañero a partir de entonces, Ramón, un policía con bastante más experiencia que él.

Al principio parecía que Ramón no estaba muy contento con su compañero y aceptó a regañadientes. Ambos se dirigieron al coche patrulla sin mediar palabra. Ramón se sentó en el lado izquierdo del coche listo para conducir. Matt, con unos nervios que no podía casi contener se sentó a su lado, encendió las sirenas y las luces y Ramón arrancó el coche. Era su primera experiencia como policía y esperaba que llegasen muchas más detrás.

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