El comienzo del fin

Ya no soy capaz ni de recordar cómo era la vida antes de esto, antes de que todo se fuese al garete, antes de que nos cargásemos el planeta. Al principio los cambios fueron ocurriendo poco a poco, como suele pasar con las grandes catástrofes. Primero fue el aire, luego el agua y por último la tierra. 

De una forma muy paulatina, el aire se contaminó tanto que dejó de ser respirable y las grandes potencias mundiales tuvieron que desarrollar una especie de máscaras para que pudiésemos sobrevivir. Obviamente los cambios no se iban a quedar ahí, estábamos haciendo que la Tierra se convirtiese literalmente en un agujero negro. Que el aire no fuese consumible comenzó a alterar a las especies animales, algunas de ellas se fueron desarrollando, otras al no adaptarse se perdieron.

Esta situación insostenible no hizo que las grandes organizaciones mundiales hiciesen algo para parar su avance. Aunque todos nosotros nos manifestamos en las calles de todos los países, nada fue suficiente para detener su ambición. Cada vez querían más y más y la Tierra soportaba menos.

El agua también llegó a un punto de contaminación que hasta los peces morían en ella, entonces se desarrollaron unos filtros especiales que nos permitían consumirla. Otro gran problema fueron las lluvias. Esos temporales de los que antes podíamos disfrutar bajo el amparo de nuestras casas ahora eran una maldición. El aire al estar contaminado, afectó a las nubes y el agua que caía de ellas ya no estaba limpia, había veces que incluso si la tocabas, podías ver cómo te salían sarpullidos en las palmas de las manos.

Al no tener un agua potable que no hubiese que filtrar, la tierra también sufrió las consecuencias y los cultivos ya no crecían a no ser que fuese en invernaderos controlados. Las lluvias causaban que la tierra que antes era árida dejase de serlo. Esta situación no solamente nos afectó a nosotros, sino también a toda la fauna porque los animales que se alimentaban a base de vegetales al consumirlas morían por intoxicación o directamente de inanición.

Ninguno de estos hechos hizo que nos diésemos cuenta de que la cosa no iba a terminar bien. No todo el mundo salía a las calles a reivindicar cambios políticos para frenar el cambio climático. La gente estaba muy a gusto refugiada en la comodidad del hogar con todos los recursos de la Tierra al alcance de su mano y nunca pensaron en el futuro que nos estaban dejando a nosotros, sus nietos.

Ahora todo lo que queda de esos tiempos en los que la tierra era húmeda y cultivable, en los que la lluvia te refrescaba y en los que el viento te llenaba los pulmones sólo están reflejados en fotografías y vídeos. Ahora todo eso es una fantasía. No podemos dar marcha atrás, el daño ya está hecho y aunque hayamos logrado trasladarnos a otro planeta, estoy segura de que ya tiene fecha de destrucción. 

Nosotros, la humanidad, no aprendemos de nuestros errores y la Madre Tierra es sabia. Ella da mucho, pero también quita cuando no se cuida lo que Ella ofrece.

Comentarios

  1. Ahora que estoy empezando a leer blogs me gusta dejar mi impresión de cada entrada que leo. Y esta me ha gustado mucho, es muy real. Es un tema que me gusta para escribir sobre él, da mucho juego tanto para un relato ficticio como para uno totalmente realista. ¡Buen trabajo!

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    1. Hola Ana,
      Muchas gracias por dejar tu opinión sobre mi relato. La verdad es que estoy escribiendo una futura novela sobre este tema, se llama ProyectoL y puedes seguir mis avances con ella en mi Twitter si te interesa. Hablo sobre un posible futuro realista aunque con toques de ciencia ficción.
      Un saludo,
      Teresa

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