Se abre el telón

Me miro al espejo y no puedo reprimir hacer una mueca al mirarme. Sé que me han comprado este vestido con la mejor intención del mundo, pero no sé hasta qué punto será cómodo. Es bastante holgado por lo que no debería dificultarme ningún movimiento aunque me es más fácil realizar las figuras con un traje pegado a mi cuerpo, así parece que no llevo nada y que estoy directamente en contacto con mi propio cuerpo. No hay nada que se interponga entre mi cuerpo y mi mente cuando me pongo el mono. Me quito el vestido, me pongo el mono y después el vestido por encima.

Los colores brillan como nunca lo han hecho puesto que el vestido tiene unas tachuelas que reflejan la luz. Normalmente llevo una ropa con colores mucho menos llamativos pero hoy pienso destacar. Es un día importante y se me tiene que ver bien y la combinación que he elegido es el mono verde para que resalte mi piel morena casi negra y el vestido rojo. Me vuelvo a mirar de nuevo en el espejo y sonrío. Voy vestida con unos colores que se asemejan a mi comida favorita, la sandía.

Salgo de mi camerino hacia la calle y los carteles alumbran el recinto. Ninguno de ellos anuncia que hoy es un día importante para mí, pero por fin termina este infierno. Hoy es el día en el que tras realizar la actuación seré libre y podré vivir mi vida libre como un pájaro y no entre rejas. No he conocido otra cosa diferente al circo puesto que incluso nací en uno. Mis padres se conocieron en el circo, mi padre malabarista y mi madre trapecista. Lo dieron todo por mí, por que pudiese salir adelante y en cuanto vieron mi talento, no dudaron en explotarlo también. Nunca han sido personas demasiado ricas pero sí pudientes y en vez de darme una oportunidad fuera del mundo del espectáculo, se han estado aprovechando de mi capacidad por atraer miradas ajenas.

No voy a negar que este mundo no me guste, porque el subidón de adrenalina que siento cada vez que salgo al escenario es algo indescriptible pero siempre he querido saber qué hay fuera de estas carpas. Nunca se me ha permitido ni siquiera salir de ellas para estudiar, ni para tener amigos ni relaciones más allá de las que hacía en el circo. Tal vez no tenga mucho que aportar al mundo de ahí fuera, pero él si que tiene mucho que ofrecerme. Estoy segura de que me costará acostumbrarme a un nuevo mundo y seguro que no todo es tan fácil como parece sin embargo sé que seré capaz de superar todo lo que me proponga.

Me ha costado mucho decidirme, pero esta noche es mi última actuación porque mañana cumplo dieciocho y me voy a independizar tanto de mis padres como del circo. He podido ahorrar algo de dinero desde hace dos años, cuando les dije a mis padres que quería tener dinero para vivir en una caravana diferente a la suya. Al principio creía que no me dejarían hacerlo y aunque mi padre estuviese en contra, mi madre le convenció. Estoy casi segura de que ella sabe lo que tramo y seguramente lo entienda pero no puedo correr el riesgo de que lo sepan antes de que me haya ido. Tenía planeado dejarles una nota directamente en su camerino aunque en vez de eso, he preferido dejarle una nota a mi madre. En ella les agradezco todo lo que han hecho por mí durante toda mi vida y también les ruego que entiendan que el mundo del circo no es el mío. Yo no pertenezco a él y quiero desarrollar mi potencial para ser una bailarina. Espero que por lo menos aunque no compartan mi forma de pensar, la respeten y me dejen vivir como yo quiero hacerlo.

Los minutos parecen días y las horas meses hasta que por fin el sol cae y con el, el circo se ilumina. Antes de que las funciones empiecen, recorro todas las calles y las carpas y las observo detalladamente. Aunque sepa de memoria dónde está cada cosa, quiero quedarme con una buena visión para despedirme. Me acerco a los camerinos de las personas que más me han ayudado durante estos años y aunque no puedo despedirme de ellos, les deseo suerte abrazándoles. No tengo muchos compañeros con los que hablar pero aún así se me pasa el tiempo volando hasta tal punto que me avisan de que tengo que prepararme. Entro corriendo en el camerino, compruebo que tengo el mono y el vestido perfectamente colocados, me retoco un poco el pelo y hago varios estiramientos. Mi madre es la encargada de avisarme y cuando lo hace, me dirijo al backstage y me preparo. Me siento en el suelo con las piernas cruzadas a modo indio y cuando suena la campana, estiro mis brazos en las piernas entrelazadas y levanto mi cuerpo del suelo. Avanzo recto hasta que la luz de un foco me alumbra.

AQUÍ TIENES LOS LINKS AL RESTO DE PARTICIPANTES:
Luz interior por Galaxi Gomel
La colina de los Salmos por Harleking Tales

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