Un nuevo mundo

Esta es la segunda parte de un relato. Si quieres leer la primera parte aquí la tienes Las apariencias engañan

Sigo surcando las aguas del gran mar durante dos días sin descanso. El agotamiento empieza a notarse en mi cuerpo y cuando creo que ya no puedo aguantar más, veo unas gaviotas volar delante de mí y eso sólo puede significar que hay tierra cerca. Doy un último empujón y continúo unos kilómetros más hasta que efectivamente, veo una especie de isla y por lo que parece es bastante grande. 

Por fin toco tierra con mis garras y lo primero que hago es descansar, ha sido un viaje realmente duro pero ha merecido la pena porque nunca nadie ha logrado llegar hasta aquí. Permanezco inmóvil durante varias horas, hasta que vuelvo a sentir todas las escamas de mi cuerpo y entonces, decido ponerme en marcha y explorar un poco estas tierras. Todo tiene un color extraño, para nada parecido al de nuestras tierras, además el aire es como más denso y hay una niebla muy espesa que no se disipa aunque no deje de avanzar. Aunque hay mucho árboles, tienen un color grisáceo como si se estuviesen muriendo. Miro a mi alrededor pero el paisaje no cambia hasta que observo un claro, como una especie de prado. Por precaución, me mantengo escondido entre los árboles porque no sé qué clase de criaturas habitan en este lugar.


Pasan las horas y aunque no veo movimiento alguno, decido rodearlo. No dejo de mirar el claro aunque no vaya a adentrarme en él, hay algo que me inquieta. Pasan los minutos y veo cómo un ciervo pasa por el centro del prado, entonces unas garras metálicas salen del suelo y lo atrapan. Un gran bramido inunda todo el espacio. Al principio pienso ir a por él para comérmelo pero el ciervo se cubre de sangre en cuestión de segundos y unos pequeños bichos que vuelan se acercan a por él. Son una especie de mariposas pero brillan y tienen brazos y piernas.

—Se llaman hadas —dice una voz en mi oreja.



Me doy la vuelta sobresaltado y descubro un ser que está agachado a mi lado. Me retiro un poco de él y se pone erguido sobre dos patas. Es bastante parecido a nosotros cuando intentamos subirnos a un árbol pero en vez de escamas, está cubierto por pelaje de otros animales salvajes y tiene mucho pelo en la cabeza. Nunca antes había visto algo parecido pero lo más extraño es que no sabía que podía comunicarme con esta especie.


—Me llamo Maya y soy una humana. Nunca había visto un dragón por aquí aunque mis padres siempre me han contado leyendas sobre vosotros. Formáis una parte muy importante de nuestra historia. ¿Puedo saber tu nombre? Mi madre me contó que según la tradición nadie puede conocer vuestro nombre real, pero a mí me da igual.

—Me llamo Ryûjin. Yo tampoco había conocido a alguien como tú y tampoco sabía que me podía comunicar contigo.



—Si quieres puedo contarte cosas sobre estas tierras mientras vamos a mi casa. No es que sea un hogar muy acogedor pero estarás mejor que aquí. Por la noche las temperaturas descienden mucho.


Accedo reticente a seguirla porque no la conozco y ni siquiera sé si podría estar tramando algo. Mi instinto me dice que es buena idea hacerle caso, así que la sigo intentando hacer el menor ruido posible. Ella avanza delante de mí intentando no pisar demasiado fuerte, así que yo hago lo mismo y avanzo lentamente a cuatro patas. Cuando ya está cayendo el sol, llegamos a un pequeño recinto vallado.

—Este es mi columpio. Siempre que lo veas, sabrás que mi casa está cerca —dice señalando un aparato metálico que sale del suelo. Tiene cuatro patas como yo y están unidas por otro hierro horizontal del que cuelga un asiento. Lo observo a la lejanía y me acerco poco a poco a él.

—No tengas miedo. Mira, no hace nada —dice Maya mientras se sienta en él. Entonces levanta los pies del suelo, se empuja con su propio peso y empieza a balancearse. Llega un punto en el que parece que va a despegar y por un momento pienso que puede ser como yo, que tal vez pueda volar.

—¿Tu también puedes volar? —Maya comienza a reírse a carcajada limpia hasta que escucha un ruido. Es una especie de zumbido.

Se baja del columpio y entra corriendo en una especie de cabaña pero hecha de otro material. Gracias a que soy pequeño, puedo seguirla hasta el interior y me siento en el suelo, a su lado.

—Son las hadas de las que te he hablado antes. Aunque parezcan bonitas, son unos seres malvados de los que no te puedes fiar.

Miro extrañado a Maya, porque al no conocer este lugar no me fío de nadie, ni siquiera de ella pero obviamente no se lo voy a decir. Todo para mí en este mundo es extraño y peligroso aunque si quiero volver a casa y que reconozcan que he llegado más lejos que nadie, tengo que llevarles algo que no hayan visto nunca, algo desconocido, algo... como Maya. 

AQUÍ TIENES LOS LINKS AL RESTO DE PARTICIPANTES:
El columpio que rozaba el cielo por Escritos Cometa
Nuestro pequeño secreto por Inisha

Comentarios

  1. ¡Hola! Soy Nish :)

    Madre mía, ¡que la va a secuestrar! Ay... no me esperaba ese giro para nada. Aunque igual también debería leerme lo anterior porque, según entendí de lo que te leí en Twitter, este estaba relacionado con algún otro relato y a lo mejor en ese otro se ve más cómo es este dragón y lo que es capaz de hacer. De hecho, al principio, como no tenía ninguna otra referencia previa, lo primero que he pensado cuando he leído garras ha sido en un dragón (aunque he preferido dejarlo abierto a otras posibilidades porque no tenía muchas más pistas), pero cuando luego describe a Maya como parecida a él pero sin escamas, no sé por qué y me lo he imaginado como una especie de tritón cubierto por completo de escamas aunque en vez de con una cola de pez, con cuatro extremidades como nosotros (?) Mejor no preguntes xD Pero eso, que si alguien más lee este relato directamente, igual le pasa algo parecido y se imagina una criatura distinta a un dragón.

    Me encanta cómo sacamos cosas tan distintas de los mismos condicionantes ^^ Menudas hadas te has creado para el relato... Si hasta me ha dado penita el pobre ciervo que ha tenido que sufrir ese destino tan horrible. Y ahora que pienso, ¿han sido las hadas quienes han puesto ese cepo ahí? ¿O era cosa de los humanos y ellas se han aprovechado?

    Me ha gustado el nombre del dragón. No sé, me ha recordado ha nombres japoneses. No estoy segura de donde lo he sacado, pero bueno jejejeje

    Espero los próximos retos con ganas :)
    ¡Un abrazo y feliz Navidad!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Nish, me has quitado lo que iba a decir! Jajaja Me encanta ese giro maquiavélico que da el dragón al final. Espero que no secuestre a Maya que a saber que hacen el resto de dragones al ver a un ser humano, ¡nada bueno seguro!

      Me gusta mucho esta nueva parte del relato, le da un nuevo toque a la historia, dejamos atrás a los dragones que no creen en él y vemos claras ventajas de ser más pequeño que el resto. Tengo muchas ganas de ver como acaba esto, ¡enhorabuena, compi!

      Un abrazo enorme,
      Cometa.

      Eliminar
    2. ¡Hola Nish!
      Muchísimas gracias por tu comentario. Ya he cambiado la entrada poniendo que es la segunda parte de un relato para que todo quede más claro :D jajajajaja te has imaginado un ser súper extraño que también daría para escribir una historia XD
      Sí, lo guay de estos retos es que es en plan imaginación al poder y cada uno se inventa una historia diferente. La respuesta a la pregunta del cepo la tienes en el siguiente relato :3
      Sí, el nombre del dragón es japonés y tengo planeado describir lo que significa en el próximo relato.
      Un abrazo enorme y felices fiestas,
      Teresa

      Eliminar
    3. ¡Hola Cometa!
      Me da a mí que os vais a terminar cansando de los giros, porque no paro de darlos (es lo malo que tiene ser demasiado brújula, que ni yo sé lo que va a pasar XD)
      Ni yo misma sé cómo va a terminar, pero lo que tengo claro es que espero que os guste muchísimo.
      Un abrazo gigante,
      Teresa

      Eliminar
  2. Respuestas
    1. Hola Siul,
      Sí, subiré tercera parte y una cuarta también :D
      Gracias por comentar,
      Teresa

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Una niña grande

Convocatoria: «Muchas patas»

Dionisio